Yo, me doy y consagro a mi familia al Sagrado Corazón de Nuestro Señor Jesucristo, consagramos todo a Él nuestra persona, nuestra vida, acciones, penas y padecimientos, para no servirnos de nosotros mismos sino para amarle, honrarle y glorificarle. Esta es nuestra voluntad irrevocable, que esta familia sea toda suya y hagamos todo por su amor, renunciando de todo corazón a cuanto pueda desagradarle.
Tomamos al Corazón Sagrado de Jesús como único fin de nuestro amor, protector de nuestra vida, prenda segura de nuestra salvación, remedio de nuestra fragilidad y constancia, reparador de todos los defectos de nuestra vida y asilo seguro en la hora de nuestra muerte.
Sed, pues, Corazón bondadoso, nuestra justificación ante Dios Padre, alejad de nosotros los rayos de su justa cólera. Corazón amoroso de Jesús, ponemos toda nuestra confianza en Ti, tememos por nuestra propia malicia y debilidad, por lo que confiamos mejor todo a vuestra misericordia.
Consumid en nosotros todo lo que te desagrade o se oponga a Tu Divina voluntad. Que Tu puro amor se imprima tan íntimamente en nuestro corazón, que jamás podamos olvidarnos de Ti o ser separados de Ti. Te suplicamos, por Tu bondad, escribe nuestro nombre en Ti en Tu Sagrado Corazón, puesto que queremos hacer consistir nuestra dicha y nuestra gloria para vivir y morir como tus esclavos.
Amén
Santa María Margarita de Alacoque